El Objetivo del Sistema de Gestión, Promoción y Aseguramiento de la Calidad es: “Promover el compromiso del conjunto de la comunidad universitaria en el desarrollo de una cultura de calidad, que permita mejorar sistemáticamente el desempeño de la Universidad de Los Lagos en todas sus funciones de modo integral y permanente”.
La universidad desarrolla funciones en cuatro ámbitos:
En cada uno de estos ámbitos, operan las políticas y mecanismos de aseguramiento de la calidad. Estas políticas se despliegan en un Ciclo de Mejora Continua constituido por tres fases: a) Planificación; b) Gestión; y c) Resultados.
El Marco de Referencia que orienta el Ciclo de Mejora Continua está constituido por: a) el contexto social y productivo en que se sitúa la universidad; b) el contexto de la educación superior en su estadio de desarrollo actual; y c) el contexto y filosofía institucional (Misión, Visión, Valores).
A partir de dicho marco referencial, se delinea una primera fase del Ciclo de Mejora Continua cual es el Sistema de Planificación que opera en varios niveles y que considera una serie de instrumentos. Dicho sistema de planificación lleva aparejado instancias y mecanismos de control y seguimiento.
La segunda fase del Ciclo de Mejora Continua es la Gestión de Procesos. Se han identificado 21 procesos estratégicos, los que son monitoreados en su implementación a través de los Comités de Calidad.
La última fase del Ciclo de Mejora Continua es la Gestión de Resultados. Los resultados se miden y evalúan a través de cuatro variables: a) indicadores claves; b) sistema de encuestas; c) compromisos de desempeño; y d) autoevaluación de programas académicos.
Los resultados se constituyen en información que posibilita la toma oportuna de decisiones. Esas decisiones pueden llevar al ajuste de la planificación y de los objetivos trazados, siendo el horizonte del sistema el cumplimiento de la misión institucional.
El Sistema de Planificación se despliega en dos niveles: a nivel de gestión estratégica y a nivel de unidades académicas.
El instrumento de planificación que ordena el sistema es el Plan Estratégico de Desarrollo Institucional (PEDI), cuya implementación es responsabilidad del Rector con el apoyo de la Vicerrectoría de Planificación y Desarrollo. El PEDI está trazado a doce años plazo. El monitoreo y seguimiento lo realizan los cuerpos colegiados de la universidad: Consejo Superior y Consejo Universitario, a quienes se les va reportando sobre la marcha de la institución.
De los objetivos estratégicos del PEDI, se desprenden los proyectos estratégicos de las Vicerrectorías. A partir de ahí, cada Vicerrectoría debe elaborar una agenda anual. En la agenda anual de cada Vicerrectoría se establecen las prioridades y resultados esperados para cada Dirección o Unidad para un año académico, los que deben ser reportados al Vicerrector que corresponda.